SOMOS LO QUE DECIMOS: “Ando volando bajo”. Situarse en el espacio
Además del habla, algo que nos diferencia de los demás primates es que caminamos erectos, sobre ambas extremidades inferiores. El que éstas se hallen abajo hace que las llamemos, precisamente, inferiores, mientras que las superiores están arriba. Hasta en la anatomía humana se refleja, entonces, la metáfora conceptual: arriba es bueno; abajo, malo. Cualquier semejanza con la dualidad cielo / infierno no es mera coincidencia.
Así, son positivos la altura de miras, alzar la mirada, levantar el vuelo; lo elevado de un concepto / debate, la propia noción de elevación. Por el contrario, se juzga como negativos la bajeza (opuesta a la grandeza), los bajones, andar cabizbajo / bocabajeado, arrastrar los pies, rebajarse, estar sojuzgado o en la lona. La lírica popular es sociológicamente cruda: “Yo a las cabañas bajé / yo a los palacios subí”; “yo p’arriba volteo muy poco / tú pa’bajo no sabes mirar”. Todo el mundo comprende quiénes son los de abajo; para ellos todo es “cuesta arriba”.
Es muy valorado crecerse ante la adversidad (en vez de achicarse). En cambio, a la altivez y al hecho de ser altanero se los asocia con el engreimiento. “¡Arriba X!”, se exclama con júbilo.
En el eje espacial cerca / lejos, aquí y allá dependen de dónde se localice el emisor. Ambos adverbios alternan con otros: acá, ahí y allí. También dependen de la ubicación los adjetivos —variables en género y número— este, ese, aquel, así como los pronombres correspondientes. Lo mismo ocurre con los puntos cardinales. El eurocentrismo dominante hace que China “se encuentre” en el Oriente. Visto desde Pekín, en esa dirección “está” América. El Norte se halla arriba (“¡Arriba el Norte!”, guaseaba El Piporro) y el Sur abajo. Casualmente, las naciones septentrionales suelen ser más ricas que las meridionales, prosperidad que se atribuye a una hipótesis: sus habitantes serían más productivos. El mismo estereotipo se aplica dentro de una misma nación, como en Francia o Italia. Este prejuicio está arraigado en México: en Nuevo León trabajarían más que en Oaxaca. Ahora bien, y esto es lo extraño, los norteños de un país son vecinos de los sureños de otro.
Se habla de regiones o países atrasados. Adelante van los líderes y los vencedores: son la vanguardia; en la retaguardia, los últimos, a menudo discapacitados. Salvo en los casos de los hospitales, las tumbas y las cárceles, todos coincidimos en que es preferible estar adentro que afuera, sobre todo en los días de tormenta. Existen expresiones con preposición: fuera de dudas, de control, de lugar, de borda, de la ley…
El español no retomó el latín sinistra; optó en su lugar por el vascuence eskerra. Ésta se vuelve derecha al girar 180 grados, lo cual es válido tanto en términos espaciales como ideológicos. En efecto, “la izquierda” se dice progresista mientras que “la derecha” es conservadora, se opone al aborto y a los matrimonios entre personas del mismo sexo. En el siglo xxi mexicano todo esto está trastocado.
Es posible enfrentar un problema, o sea decidir mirarlo de frente, situarse ante él. Ello se dificulta cuando alguien maniobra “a mis espaldas”, o bien “bajo el agua / la mesa”. Decimos “… esquina con…” porque nuestras manzanas (las de viviendas, no las frutas) forman cruceros. A un costado, al igual que costa, proviene de costilla.
Para el anglohablante que aprende español, la diferencia entre por y para es oscura, porque no todo lo explican los sentidos de meta y camino: “El metrobús para la unam va por Insurgentes”.
El drae señala que el verbo agacharse significa inclinar la cabeza o el tronco, encogerse, doblando el cuerpo hacia la tierra y, figuradamente, ceder, someterse. En México estas imágenes se replican y se extienden a lo sexual (empinarse, empinar a alguien), donde aparece la disyuntiva machista: penetrar o ser penetrado. En las genuflexiones y reverencias las personas voluntariamente reducen su estatura. Caer es perder. Se cae en cama, en prisión o en una adicción. Lo importante es poder / saber levantarse. Tan grave es la caída de algo comestible que llega a adquirir tintes satánicos: “ya lo besó el diablo”.
Algunos animales se ubican más eficientemente que nosotros en el espacio; tal es el caso de las mariposas y ciertas aves, lo que debería aplacar nuestra arrogancia: ellas no se nortean ni necesitan GPS. EP
NOTAS
1. Esta dicotomía se desdobla: más / menos, feliz / triste / saludable / enfermo…
2. Que el apreciable lector sustituya la X por su político, topónimo o equipo preferido.
3. Oriente y Este son intercambiables, al igual que Occidente y Oeste. Poniente es una muy añeja constatación astronómica según la cual el Sol giraría alrededor de la Tierra, por eso “se pone, se mete” y “sale”. Por su parte, el cultismo acullá se refiere a algo mucho más lejano.
4. Como se verá en otra entrega, sobre el tiempo, el pasado está atrás y el futuro adelante.
5. Entre nosotros, un agachón y un arrastrado son aquéllos que eligen comportarse de una manera indigna.
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Profesor de Literatura Francesa en la FFyL y de Español Superior en el CEPE de la UNAM, Ricardo Ancira obtuvo un premio en el Concurso Internacional de Cuento Juan Rulfo 2001 por “...y Dios creó los USATM”. Es autor del libro de relatos Agosto tiene la culpa (El tapiz del unicornio, 2015).