Jalisco nunca pierde
Iré a Talent Land a dar una Master Class,
exponer mi Network en el Show Room y divertirme
en la Open Party. Si no ¿cómo saldremos del subdesarrollo?
Roberto Castelán en Facebook
El gobernador de Jalisco le cuelga un collar wixárica a la robot Sophia y la declara “huésped distinguida del estado” durante el evento Talent Land de Guadalajara (que tuvo lugar del 2 al 6 de abril). “Bienvenida, Sophia, hoy llegamos al futuro. Bienvenida a la tierra de la mexicanidad”, la saluda el mandatario. “México tiene una población muy talentosa, de verdad son muy creativos y han contribuido con grandes descubrimientos”, contesta en inglés la sonriente humanoide cibernética diseñada por Hanson Robotics Ltd.
¿Qué habría dicho Sophia si hubiera tenido la oportunidad de ver la enorme llamarada de 20 metros y el negrísimo humo que escupía la toma clandestina de un ducto de Pemex, al sur de la ciudad, en el municipio de Tlajomulco, en el cálido ocaso de un martes 3 de abril?
Más allá de la ironía del académico Roberto Castelán, de la Universidad de Guadalajara (UdG), el futuro efectivamente tiene que ver con el avance tecnológico, como él mismo lo dijo en una conferencia en el Campus Party, ahora Talent Land: “Si la universidad aprovecha la destreza que tienen los jóvenes de las nuevas generaciones con las herramientas que les brinda la tecnología, entonces las instituciones de estudio tendrán futuro”, y añadió: “El conocimiento actual atiende a la sociedad del espectáculo y a la del conocimiento; estos dos elementos conforman una puerta para el futuro, como ya lo es un evento que se realiza en Guadalajara, el Campus Party, que tiene como misión hacer del conocimiento un espectáculo” (“¿Qué universidad, para qué futuro?”, boletín de la UdG, 1 de junio de 2017).
No todo era innovación y novísimas tecnologías para el gobernador, y ese futuro tan prometedor para los jóvenes jaliscienses está lleno de escollos.
Una semana después de las charlas de Guillermo del Toro en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (el 10, 11 y 12 de marzo), tres estudiantes de la Universidad de Medios Audiovisuales (caav), Javier Salomón Aceves, Daniel Díaz y Marco Ávalos, fueron interceptados y secuestrados por un grupo armado, el lunes 19 de marzo, cuando regresaban de filmar un cortometraje en Colinas de Tonalá; hasta el momento la Policía ha sido incapaz de encontrarlos.[1] El 5 de abril, el gobernador del estado, Aristóteles Sandoval, dijo en entrevista a la estación de radio Zona 3: “Si en los próximos 15 días yo no tengo resultados [...] voy a tener que actuar. Así sea el último día de mi administración no podemos seguir pasando los días sin que tenga claridad y resultados en esta investigación. Si no dan resultados voy a tener que sacudir la Fiscalía [...] no podemos esperar más para dar con el paradero con vida de nuestros jóvenes”. No obstante, y aunque añadió que no se podían difundir los avances porque eso podría criminalizar a las víctimas de un delito, en diarios locales se publicó que la tía de uno de los secuestrados fue detenida y “trasladada al penal de Puente Grande por el delito de lenocinio”, pues es propietaria de “varias estéticas masculinas” (Milenio Jalisco, 5 de abril). Otras historias como ésta, publicadas con frecuencia en la prensa nacional, hacen temer un desenlace igualmente terrorífico.
El recuento de las calamidades que han sufrido Jalisco y su otrora provinciana capital llenaría las páginas de una vasta exhibición de atrocidades. Aquí mencionaremos solamente algunas de las más recientes, aunque comenzaremos con una tragedia que pareció inaugurar una época de acelerada degradación de la vida y la sociedad jalisciense. No aludiremos a la omnipresencia de los cárteles del crimen organizado ni a la repulsiva combinación de complicidad, corrupción e impunidad en los diferentes niveles de gobierno.
Abril
El 22 de abril de 1992, minutos después de las 10 a.m., hubo 10 fuertes explosiones en el barrio tapatío de Analco, que destruyeron 15 kilómetros de calles de las colonias Atlas, San Carlos y Las Conchas y dejaron, según cifras oficiales, 212 muertos, 69 desaparecidos y mil 470 lesionados, más mil 142 viviendas, 450 comercios, 100 centros escolares y 600 vehículos destruidos en un área de 20 manzanas; otras cifras contaban muchos más muertos y heridos. El 19 de abril, vecinos de la calle Gante habían avisado al Ayuntamiento de un fuerte olor a gasolina, y habían llamado a radiodifusoras y a diarios para advertir de esa anomalía. Trabajadores del Ayuntamiento y de Protección Civil acudieron a revisar y confirmaron lo que decían los vecinos, aunque les dijeron que no era necesario evacuar la zona. Ocho días antes de los estallidos técnicos de Pemex detectaron una descompresión en el fluido de gasolina del poliducto sur, proveniente de la refinería de Salamanca (“La explosión en Guadalajara”, Proceso, 18 de enero de 2002). El gobernador, Guillermo Cosío Vidaurri, renunció, y el alcalde, Enrique Dau Flores, pidió licencia temporal.
Aristóteles Sandoval Díaz
“No vamos a permitir desvío alguno ni irregularidad en nuestra administración, porque vamos a ir hasta las últimas consecuencias, estamos en la etapa de aclaración”, dijo el gobernador ante las observaciones de la Auditoría Superior de la Federación en relación con 17 mil millones de pesos. De éstos, dijo Sandoval: “ya se solventaron y aclararon más de 7 mil millones de pesos”, y añadió que “casi 3 mil 600 millones de pesos observados son de la pasada administración”.
Arte urbano
En mayo de 2015 poco más de 20 artistas convocados dieron su apoyo al entonces candidato de Movimiento Ciudadano a alcalde, Enrique Alfaro. Un año después, el gobierno de la ciudad lanzó el video musical Guadalajara para promover con esa canción la “marca ciudad”, con artistas locales y nacionales, entre ellos José Fors, cantante de Cuca. En diciembre de 2017, Alfaro, actual presidente municipal, inauguró la escultura Árbol adentro, de Fors, en el Paseo Fray Antonio Alcalde. La obra, que la gente y los medios bautizaron como “La maceta”, tuvo un costo de cuatro millones y medio de pesos.
Barranca de Huentitán
Siete días después del secuestro de los tres estudiantes del caav desapareció César Ulises Arellano, estudiante de Medicina del Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la UdG. El joven, de 18 años, apareció en un paraje de la barranca colgado de un árbol. Se suicidó. En su carta de despedida escribió: “Perdón, estoy agotado, decidí buscar el descanso definitivo, ya saben mis razones [...] No soy como los demás, es lamentable que no logre ser feliz”. César era gay, y seguramente se habría deprimido aún más si hubiera podido leer en las redes sociales comentarios plagados de odio homofóbico: “Ese güey iba conmigo en la universidad. Era gay y acababa de salir del clóset. Mucha gente le hacía bullying y la verdad es que celebro que se haya suicidado. Un maldito homosexual menos en mi México querido”.
Bosque La Primavera
El primer día de marzo ocurrió el primer incendio en el bosque La Primavera. El fuego consumió una hectárea, según el reporte de Protección Civil. Habrá que ver si la inversión de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial de 20 millones de pesos en un sistema de videovigilancia para detectar siniestros “en tiempo real” servirá para apagar con rapidez los numerosos incendios que se registran en esta época del año. Jalisco ocupa el primer lugar en el país en hectáreas afectadas por los incendios.
Cardenal
¿Qué puede decirse de Juan Sandoval Íñiguez, exarzobispo de Guadalajara, jugador de golf, uno de los líderes más prominentes del catolicismo más retrógrada del país? Un bocazas, un bon vivant que pasa los días plácidamente en su mansión de Tlaquepaque, que ocupa una manzana entera, tiene alberca techada y es vigilada por patrullas las 24 horas. Es atendido como un príncipe por tres monjas (Carmen, Imelda y Maricruz) que lo consienten con sus platillos favoritos. “La amplitud de la residencia, donde sobresalen los cuadros del prelado con su mamá y las fotos de éste con los papas Juan Pablo ii y Benedicto xvi, le ha permitido no sólo vivir con comodidad sino también ofrecerle un hogar a cinco perros, tres pavorreales, tres loros, una gallina, un gallo y hasta un changuito, que vive en una jaula de metal desde que osó morderle la nariz a la madre Carmen”, se lee en el artículo “Así vive el polémico Juan Sandoval Íñiguez” (Quién, 3 de septiembre de 2010).
Ciudad Creativa Digital (ccd)
De acuerdo con el colectivo Caracol Urbano, “sus promotores se han referido desde entonces a la ccd como una mezcla entre Hollywood y Silicon Valley, en donde los jóvenes creadores egresados de las universidades locales tendrán un campo laboral muy prometedor y los grandes hitos del urbanismo sustentable y tecnológico se harán realidad. Pero la promesa de que empresas transnacionales de medios audiovisuales y tecnología como Pixar estarían instalándose en el fastuoso Hub Digital resultó ser más bien una argucia para intentar atraer a esos capitales. Cuando buena parte de la opinión pública se había convencido de que la Ciudad Creativa Digital no era más que especulación, vinieron los dos embates más agresivos que ha sufrido el Centro Histórico de Guadalajara en el presente siglo: la quema y demolición del antiguo Mercado Corona y las obras de la línea 3 del Tren Ligero” (17 de noviembre de 2015
Comunidades indígenas
En Jalisco viven entre 80 mil y 100 mil indígenas, con poblaciones en el norte (huicholes) y el sur (nahuas), así como en comunidades urbanas en Guadalajara y Puerto Vallarta; también hay migrantes que trabajan en las cosechas estacionales de caña de azúcar, legumbres y frutas. Las regiones indígenas del estado padecen de malos servicios, analfabetismo, caminos en malas condiciones, inseguridad, presencia del crimen organizado, altos índices de pobreza y discriminación, carecen de servicios profesionales médicos y ganan la mitad de lo que perciben los trabajadores no indígenas. Tienen conflictos agrarios permanentes debido a intereses económicos, ganaderos, turísticos y mineros (Agustín del Castillo, “Tres pueblos reclaman les devuelvan Haramaratsie”, Milenio Jalisco, 9 de agosto de 2013).
Desaparecidos
“Si yo fuera usted, señora, ya no buscaría más, ya que esto de andar preguntando, buscando y yendo al Semefo debe ser muy pesado y eso a la larga deja muy mal a las personas”, le dijo un policía investigador a Ofelia, madre de Alejandro Lozano, desaparecido en el centro de Tlajomulco de Zúñiga desde el 13 de agosto de 2015 (véase la crónica de Darwin Franco Migues, “La sugerencia de ya no buscar a su desaparecido”, 12 de julio de 2017
Feminicidios
En los últimos 20 años ha habido un incremento del 130% en asesinatos de mujeres en Jalisco; se registraron “40 feminicidios en 1997, y la cifra anual ha ido en aumento hasta cerrar 2017 con 112 casos”, de acuerdo con María Guadalupe Ramos Ponce, del Centro Universitario de la Ciénega de la UdG. “Hasta la primera quincena de marzo de este año se han registrado 28 casos”, dijo. Después de tres años de presión por parte de varias organizaciones sociales, el gobierno de Aristóteles Sandoval declaró en 2016 una alerta de género.
Migrantes
Nunca ha sido fácil cruzar la frontera para internarse en Estados Unidos, y menos ahora con Trump como presidente. Son muchos los migrantes centroamericanos que toman la ruta del Pacífico y deciden quedarse en Guadalajara, más los que son deportados y aquellos que no lograron llegar al otro lado. Provienen de Guatemala, Honduras y El Salvador, y llegan en La Bestia, el tren que abordan en Tenosique o en Tapachula. Un viaje de dos semanas que les depara sorpresas desagradables: robos, agresiones de policías y pandilleros, violaciones a mujeres y secuestros por parte de narcotraficantes. En Guadalajara sobreviven pidiendo dinero en las calles o vendiendo baratijas que ellos hacen; muchos sufren la extorsión de autoridades, así como discriminación y criminalización por parte de no pocos tapatíos. Muchos migrantes denuncian ante algunas ong, como FM4 Paso libre, agresiones de autoridades municipales, estatales y federales, pero muchos otros no quieren hacerlo por temor a ser detenidos por el Instituto Nacional de Migración.
Raúl Padilla López
Fue el rector número 43 de la Universidad de Guadalajara, del 1 de abril de 1989 al 31 de marzo de 1995, y hoy se presenta como “presidente de la Fundación Universidad de Guadalajara, A. C.” Se le conoce como “el Licenciado” (es licenciado en Historia) y es el “líder político y moral” de la UdG. Fue líder de la Federación de Estudiantes de Guadalajara y después director de dos departamentos académicos, hasta que fue nombrado rector de la UdG en 1989. Su hermano José Trinidad fue rector de la universidad de 2001 a 2006, periodo en el que Raúl se convirtió en presidente de 15 empresas parauniversitarias, entre ellas la Feria Internacional del Libro, el Festival Internacional de Cine, el Centro Cultural Universitario y el Auditorio Telmex. “Raúl Padilla es un personaje paradigmático de la transición porque combina algunos aspectos de modernidad que se ven reflejados en la proyección de la Feria Internacional del Libro o de otros eventos, pero su liderazgo lo sustenta en métodos tradicionales de corporativismo y control de la UdeG”, escribe Sergio Aguayo Quezada en su libro La charola (2001). Recientemente fue nombrado por el candidato Ricardo Anaya “enlace de temas culturales”.
El Salto
Miguel Ángel López Rocha, de ocho años, murió en 2008 poco después de haber caído y tragado agua en el río Santiago, en el municipio de El Salto. El río está gravemente contaminado con arsénico y otros metales y plaguicidas provenientes de decenas de fábricas. El corredor industrial de El Salto tiene unas mil 500 empresas de todo tipo, de las cuales 70 pertenecen a la Asociación de Industriales de El Salto, y están obligadas a tratar el agua que utilizan y a desechar correctamente los residuos peligrosos. La excesiva contaminación del río y el brote de enfermedades cancerígenas en buena parte de la población tienen que ver con las distintas mezclas de los residuos que forman tóxicos más peligrosos, señala la doctora Ruth de Celis Carrillo, profesora de la maestría en Ciencias de la Salud Ambiental de la UdG que elabora desde 2009 un censo de las industrias de esa zona y un estudio sobre la forma en que éstas manejan sus desechos (“En Jalisco, cinco empresas más contaminantes”, 31 de mayo de 2011
Villa Panamericana
En terrenos aledaños a la Villa Panamericana hay una laguna nauseabunda. Debido a la mala planeación de los Juegos Panamericanos de 2011, esta unidad de 942 departamentos se construyó tarde y en una zona de recarga acuífera, El Bajío, a un costado del bosque La Primavera, razón por la cual el Ayuntamiento de Zapopan no otorgó el permiso de habitabilidad. Desde noviembre de ese año la Villa está vacía y abandonada, situación que se ha agravado por litigios de vecinos de la zona y organizaciones civiles. Una parte de los recursos con que se construyó la Villa fue aportada por el Instituto de Pensiones del Estado de Jalisco como un préstamo del ahorro de los trabajadores (340 millones de pesos), dinero que no ha sido devuelto. “Los titulares de Inspección a Reglamentos y Ecología de Zapopan, Patricia Godínez Luna y Miguel Prado Aguilar, señalaron que en una visita de inspección a la Villa Panamericana el día 24 de octubre por la mañana, se encontró que estaban vertiendo aguas sanitarias con desechos de cocina junto a un pozo de absorción del Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado, y en otro punto se estaban descargando aguas negras en una laguna que de manera improvisada abrieron, por lo que clausuraron las plantas de tratamiento” (“Villa Panamericana contamina acuíferos”
El Zapotillo (presa)
El periodista Agustín del Castillo, especializado en urbanismo y problemas ambientales, dice: “Es el conflicto por el agua más judicializado del país, que ha puesto sobre la balanza los derechos de las poblaciones de la cuenca afectada, no sólo por la amenaza de inundación (a tres pueblos de Los Altos: Temacapulín, Acasijo y Palmarejo), sino por tratarse de la cuenca que más produce alimentos de origen animal en el país: arriba de 20%. En ese sentido, rompe con el pasado en que los megaproyectos se imponían sin consulta y sin considerar derechos de los usuarios originales del agua. La crisis política de El Zapotillo pone en evidencia el agotamiento del modelo tradicional de gestión del agua en México, controlado por el gobierno federal mediante concesiones y con fuerte presencia de grandes empresas, incluso transnacionales, en el caso del agua urbana, la resistencia de la Conagua a abrir el manejo de cuencas a los usuarios y ciudadanos. La falta de observación del impacto ambiental y especialmente al ciclo integral del agua, que debería ajustar el desarrollo de cada región geográfica al agua con que allí se cuenta y no buscar importarla de cuencas vecinas para subsidiar el desarrollo” (ver reportajes y debates en
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Rogelio Villarreal es periodista, profesor del ITESO y editor de la revista digital Replicante.
[1] El 23 de abril la Fiscalía dijo en conferencia de prensa que los tres estudiantes fueron asesinados por un cártel del narcotráfico