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El abandono escolar en el bachillerato

Rodolfo Tuirán y Daniel Hernández | 01.09.2015
El abandono escolar en el bachillerato

El abandono escolar es uno de los desafíos más importantes que enfrenta la educación en el país. Sus efectos son determinantes en las trayectorias de vida de las personas. El abandono escolar por lo general condiciona una baja escolaridad y, al hacerlo, limita las oportunidades de desarrollo personal y reduce la probabilidad de acceder a un trabajo productivo y digno, al tiempo que aumenta el riesgo de desempleo y pobreza.

Se estima que en México poco menos de 1 de cada 100 niñas y niños abandona la escuela primaria cada año; en la educación secundaria la cantidad se eleva a 5 de cada 100 adolescentes; a su vez, en el bachillerato afecta a 15 de cada 100 jóvenes. En conjunto, esto significa el truncamiento de las trayectorias educativas cada año de más de un millón de alumnos en edad de asistir a la educación obligatoria. Tan solo en el bachillerato dejan la escuela 650 mil jóvenes.

Las condiciones socioeconómicas en las que se desenvuelven los jóvenes y la escasa disponibilidad de capital cultural en sus hogares es una de las causas principales de este fenómeno social, aunque también operan muchos otros factores anclados en la escuela o en eventos propios del difícil tránsito de la adolescencia a la juventud.

La disminución de la tasa de abandono escolar en el nivel medio superior del país ha sido muy lenta, lo que muestra las dificultades de encarar este problema con éxito (ver la Gráfica). Apenas en 1990 era de casi 19% y 22 años después cayó a 15%. Es decir, el abandono escolar apenas disminuyó cuatro puntos porcentuales en ese lapso.

grafica deserción

La definición predominante del problema del abandono ha condicionado sin duda el tipo y la efectividad de las acciones realizadas para enfrentarlo. Al respecto, William I. Thomas, conocido fundador del interaccionismo simbólico, dijo que “no importa si una interpretación es correcta o no, si los individuos definen las situaciones como reales, son reales en sus consecuencias”. Así, por ejemplo, si un problema se define como “inevitable”, lo más probable es que no se haga mayor cosa para contenerlo.

Hace algunos años, el abandono escolar se percibía como un problema atribuible, sobre todo, a causas ancladas en la economía de los hogares. Se pensaba que si los hogares no contaban con recursos suficientes, el abandono era una respuesta ineludible, ya fuese porque los hogares no podían cubrir los gastos que derivan de la asistencia a la escuela, porque los niños y jóvenes eran necesarios para producir ingresos o porque su presencia en casa les permitía a otros miembros de la familia incorporarse al mercado laboral. Frente a esta definición del problema, las escuelas no se sentían responsables en sentido alguno del abandono escolar. En consecuencia, no hacían algo para evitarlo.

En contraste, hoy sabemos que el abandono escolar es un fenómeno multicausal. Sus determinantes no solo tienen que ver con la economía de los hogares o con su condición social, sino también con factores “anclados” en la escuela, como el clima escolar, las estrategias y metodologías de enseñanza empleadas —que contribuyen a determinar el logro escolar de los jóvenes— y las políticas escolares de atención a la reprobación, entre otros.

La falta de interés en las clases, la reprobación o el ausentismo son factores detonadores clave del abandono escolar. Por ejemplo, el ausentismo reiterado de los estudiantes aumenta hasta 2.2 veces la probabilidad de que los jóvenes dejen sus estudios, en comparación con quienes no presentan inasistencias escolares reiteradas. Una manera de prevenir el abandono es identificar con oportunidad a los jóvenes que están en esa situación y acercarles los apoyos que requieran.

Esta definición del problema, más consistente con la naturaleza y complejidad del abandono escolar, ha permitido repensar las intervenciones de política pública, las cuales se sustentan en tres ideas esenciales: (1) el abandono no es un “hecho inevitable”, (2) algunas causas importantes del abandono están en la escuela y (3) los propios planteles tienen en sus manos diversas respuestas. Estas ideas ofrecen un cambio radical en la manera de entender y encarar el problema del abandono en la educación media superior.

Desde 2013 y con base en el liderazgo de los directores de planteles públicos de bachillerato en el país, se puso en marcha un conjunto amplio de intervenciones. Destaca la difusión de una “Caja de herramientas” (compuesta hoy por 12 manuales) para que las comunidades escolares comprendan la importancia y la naturaleza del problema y determinen las acciones contra el abandono escolar. Igualmente, cada año, al arranque del nuevo ciclo escolar, se capacita a los directores de planteles públicos para reforzar el uso adecuado de las herramientas disponibles, incluido el seguimiento sistemático del ausentismo y el desempeño escolar de los estudiantes, la provisión de becas para quienes se encuentran en esa situación, la realización de tutorías para atender a quienes experimentan bajo desempeño, la revisión del trabajo en el aula para “enganchar” a los jóvenes en sus estudios, la mejora del clima escolar y el impulso a la comunicación con los padres de familia, entre otras acciones.

Una encuesta reciente indica que 92% de los directores de planteles públicos de bachillerato reconoce que las acciones contra el abandono están ayudando a enfrentar el problema. Gracias a estos esfuerzos, entre 2012 y 2014 se ha observado una disminución en la tasa de abandono de 15 a 13.4%. Esto indica que en los dos últimos años la reducción es equivalente a la lograda en los ocho años previos. La meta nacional es reducir la tasa de abandono del nivel inicial de 15% en 2012 a 9% en 2018. Si bien se avanza en la dirección correcta, es preciso reforzar los esfuerzos encaminados a prevenir este problema para hacer efectivo el derecho de los jóvenes a una educación con equidad y calidad.  

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RODOLFO TUIRÁN es subsecretario de Educación Media Superior en la SEP.  DANIEL HERNÁNDEZ es coordinador sectorial académico de la Subsecretaría de Educación Media Superior.