Ayuujk: ¿Ediciones bilingües en lenguas indígenas?
La historia de la sociedad humana, hasta la actualidad, parece ser una historia que ha sido filtrada por el lenguaje. Utilizamos lenguas para narrarnos y para narrar la misma lengua y lo que creemos de ella. La mayoría de los libros editados en lenguas indígenas nacen como ediciones bilingües en donde la otra lengua es siempre una lengua hegemónica, pero terminan siendo leidos casi exclusivamente en esta última. Por el contrario, la mayoría de los libros editados en lenguas hegemónicas nacen como ediciones monolingües. La diversidad de las lenguas del mundo es impresionante, tan asombroso como lo es el pequeño número de lenguas en las que se publica el mundo. Si en la actualidad se hablan más de seis mil lenguas podrían leerse en otras tantas.
Durante los años que estudié literatura en la universidad, las ediciones bilingües de poetas de habla no castellana eran objetos inalcanzables para mi presupuesto de estudiante. Las ediciones bilingües implicaban un lujo que los editores podían darse de vez en cuando y que nos permitía como lectores acercarnos, de diversos modos, a los originales de poemas de Paul Celan o de Fernando Pessoa. La edición bilingüe permite también navegar las cruentas aguas de la traducción y evaluar la manera en las que la traducción ha salvadao las distancias.
En contraste, en el caso de lenguas indígenas, lo que resulta extraño es que los libros en esas lenguas salgan en versiones monolingües en lenguas indígenas. En condiciones tan asimétricas es tentador preguntarse por la función del castellano en las publicaciones bilingües con al menos una lengua indígena involucrada. Lo que sabemos sobre el trabajo del traductor, sus posibilidades y sus complejidades se establece sobre la interacción de un pequeño subconjunto de las lenguas del mundo. Los retos de una traducción del japonés al mixe o del sami al mazateco pueden develar nuevos aspectos sobre el la teoría de la traducción que no se han evaluado porque esas lenguas no se han visto innvolucradas en procesos de traducción entre ellas. las ediciones bilingües o multilingües que involucran lenguas indígenas siempre implican el respaldo simbólico y normalizado del español como lengua que lo atraviesa todo de maneras incluso innecesarias.
¿Qué sucedería? Una persona decide escribir en zapoteco y, como pasas con las publicaciones es español, sus escritos en zapoteco salen a la luz sin la necesidad de agregar una traducción. Tiene plena consciencia de lo que implica hacerlo. El tiempo pasa y, al igual que sucede con los libros en español, otras personas en tiempo y espacio desean dar a conocer ese libro y se dedican a traducirlo. Esa historia es real, Pancho Nácar, seudónimo de un poeta zapoteco del Istmo escribió poemas sin traducir y años más tarde, Irma Pineda, poeta zapoteca también, decidió traducir las creaciones de Pancho Nácar. Este es uno de los pocos casos en los que un autor en lengua indígena decide no traducir lo que ha escrito. Lo que es natural para las ediciones en lenguas hegemónias resulta muy extraño para lenguas minorizadas Traducir o no traducir implica siempre elegir interlocutor.
Las ediciones bilingües para lenguas indígenas no son algo indeseable, lo extraño es la escaséz de libros monolingües en lenguas indígenas y la escaséz de libros en español que nazcan con su traducción a una de las lenguas indígenas del país. Esto pone en tela de juicio la presencia omnipresente de la lengua española, o cualquier otra lengua hegemónica. en el mundo de las ediciones en lenguas indígenas. ¿Cómo realizar ediciones bilingües en lenguas que se encuentran en posición asimétrica mediante un proceso que no reproduzca esas mismas asimetrías?