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Candidaturas independientes (segunda de dos partes)

Yuri Gabriel Beltrán Miranda | 01.07.2015
Candidaturas independientes (segunda de dos partes)
En la primera parte de este trabajo, publicada en abril,1 el autor habló de los aspirantes a candidatos independientes. Ahora, en esta segunda entrega, analiza los resultados de quienes lograron participar como tales en las elecciones del 7 de junio.

La reforma político-electoral de 2014 fue innovadora en muchos sentidos: la instauración de un sistema nacional de elecciones; la paridad de género como principio constitucional; la redistribución de competencias entre autoridades administrativas y jurisdiccionales y, por supuesto, la emergencia de las candidaturas independientes. Si bien estas ya habían tenido un primer laboratorio en las elecciones locales de Zacatecas y Quintana Roo, fue hasta este año que fueron puestas a prueba nacionalmente. La elección del 7 de junio no solo permitió examinar el desempeño de la normativa electoral que hoy regula a las candidaturas independientes; también mostró las expectativas de los propios liderazgos no-partidistas, su respaldo por parte de la población y las políticas públicas que se pusieron en marcha para dar cabida en la competencia política mexicana a esta figura de avanzada.

Lo cierto es que las candidaturas independientes se inscribieron en un marco regulatorio que fue concebido inicialmente para los partidos políticos. De ahí que la inserción de estas figuras no partidistas en la competencia política deba ser resuelta con una alta dosis de creatividad, haciendo eco de buenas prácticas internacionales. Si se han de generar candidaturas independientes capaces de incidir en el debate público y de obtener triunfos en las contiendas, entonces se deben generar las condiciones para su competencia en circunstancias de equidad y sin comprometer otros principios constitucionales.

La experiencia del 7 de junio demuestra que hay ciudadanos no partidistas con el liderazgo suficiente como para participar, y que algunos de ellos cuentan con el respaldo necesario para ganar una elección. Las candidaturas independientes llegaron para quedarse.

Por otro lado, esta elección pone a discusión algunos temas que deben ser resueltos en el marco de la competencia de las candidaturas independientes, tales como su financiamiento, fiscalización e incidencia en la igualdad de género.

 

1. De aspirantes a candidatos

En la entrega anterior se habló de la intención de más de 400 ciudadanos del país de competir, bajo la figura de candidatos independientes, por alguno de los más de 2 mil cargos federales y locales de elección popular que habrían de elegirse en la jornada del 7 de junio. Esa cifra tan alta ponía al descubierto ya la enorme respuesta que esta figura estaba teniendo entre los liderazgos políticos del país. Además, hasta ese momento, la investigación evidenciaba una mayor propensión a competir —bajo la figura de independiente— por candidaturas locales más que por federales. Pero ese primer paso quedaba incompleto, pues no en todas las entidades federativas se sabía cuántos candidatos habían logrado conseguir las firmas de apoyo necesarias para acceder a una candidatura (126), ni mucho menos cuáles serían los resultados de la elección.

A partir de estos elementos con los que ahora sí se cuenta, el presente estudio busca sistematizar los primeros hallazgos de la elección nacional en la que compitieron candidatos independientes y hacer algunas propuestas para su fortalecimiento en el futuro.2

 

2. Elecciones federales

Más de 50 fórmulas de candidatos manifestaron al Instituto Nacional Electoral (INE) su intención de buscar una diputación federal bajo el modelo de las candidaturas independientes. De ellos, 22 lograron reunir los requisitos y aparecer en las boletas del 7 de junio.

Del total de candidatos registrados, llama la atención su distribución por sexo: 20 son hombres y 2 mujeres. Ello contrasta con el modelo paritario, implementado en la Constitución para las candidaturas partidistas, el cual permitió que el 50% de las candidaturas recayera en mujeres.

En cuanto a su distribución geográfica, las 22 candidaturas federales se repartieron en 20 distritos (6.6% del total) de 12 estados. El hecho de que los estados que concentraron mayor cantidad de candidaturas independientes federales (Sinaloa, 5; Veracruz, 4, y Tamaulipas, 3) no hayan tenido elecciones locales concurrentes con la federal refuerza el hallazgo planteado en la entrega anterior, en el sentido de que los independientes prefieren —en lo general— postularse para cargos locales.

Cabe destacar que fue también en Sinaloa (distrito 5) donde se dio el único triunfo para un candidato independiente para diputado federal: Manuel Clouthier Carrillo, quien obtuvo el 42.17% de los votos. Ningún otro candidato independiente rebasó siquiera el umbral del 20% de los votos.

Si bien las candidaturas independientes alcanzaron una efectividad del 4.5% (1/22), lo cierto es que sus efectos deben medirse más bien en términos del grado de inmersión que consiguieron en el debate público. Al respecto, cabe señalar que, en su conjunto, las 22 candidaturas independientes federales lograron 225 mil 500 votos distribuidos en 20 distritos. En esas mismas demarcaciones, el número de votos obtenidos por los independientes superó al que recibieron el Partido de la Revolución Democrática, el Verde Ecologista, el Partido del Trabajo, Movimiento Ciudadano, Nueva Alianza, el Partido Humanista y Encuentro Social (ver Gráfica 1).

GRÁF 1 

3. Elecciones locales

 

En 15 de las 16 entidades federativas con elecciones concurrentes lograron sus registros como independientes 104 candidaturas. Es decir, alrededor de un tercio de quienes lo intentaron originalmente alcanzaron el objetivo. Solamente en el caso de Colima no apareció ninguna fórmula independiente en las boletas.

En su conjunto, las 104 candidaturas lograron 1.43 millones de votos, lo que pone de relieve no solo su efectividad en términos de victorias alcanzadas (5.8%, es decir 6/104) sino, sobre todo, lo mucho que permearon en el debate político durante las últimas semanas.

 

Elecciones para gobernador 

A pesar de que en ocho estados hubo elecciones para gobernador, solo en tres los independientes lograron alcanzar el registro. Hubo tres candidatos independientes (todos varones) contendiendo por las titularidades de los poderes ejecutivos de Baja California Sur, Campeche y Nuevo León.

Es en esta categoría (candidatos a gobernador) donde se alcanzó una efectividad mayor (33%). Uno de los tres contendientes, Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, obtuvo la mayoría de los votos (48.82%) en Nuevo León. Mientras que en Baja California Sur, el candidato logró el 1.8% de los votos, y el de Campeche 0.8 por ciento.

Salta a la vista la gran disparidad que existe entre el resultado alcanzado por el candidato ganador y los de quienes no lograron rebasar el porcentaje de votos nulos en sus estados. Habrá que estudiar, con cuidado, las características de cada competencia en específico.

 

Elecciones para diputados locales 

De las 16 entidades federativas en donde hubo elecciones locales, en 9 lograron su registro candidatos independientes que aspiraban a ser diputados locales bajo el principio de mayoría relativa. Estos candidatos compitieron por 28 distritos electorales locales. Como ocurrió con los otros cargos, también aquí es posible advertir una brecha de género, ya que solo 6 (21%) de las 29 candidaturas registradas recayeron en mujeres.

Nuevo León es la entidad en donde una mayor cantidad de distritos contaron con la opción de candidaturas independientes: 42.3%, seguida de Baja California Sur con un 31.25% de penetración. Alejado de estas cifras se encuentra Sonora, en tercer puesto, con 9.52% de distritos con candidatos independientes.

Únicamente en el caso del distrito 10 de Jalisco un candidato independiente obtuvo la mayoría de votos como diputado local: Pedro Kumamoto. El índice de efectividad de las diputaciones locales de mayoría relativa fue entonces de 3.44%. Los candidatos independientes a diputados locales alcanzaron 173 mil 508 votos.

Sin embargo, si analizáramos el caso de Jalisco por sí solo, podríamos afirmar que ahí existió un índice de efectividad del 100%, pues la de Kumamoto fue la única candidatura independiente que contendió. Como ocurre en el caso de “El Bronco”, el éxito de la candidatura independiente jalisciense debe ser analizado por separado, pues sus logros específicos se alejan considerablemente del total de votos alcanzados por otros candidatos independientes (ver Gráfica 2).

 GRÁF 2

Elecciones para ayuntamientos y jefaturas delegacionales

La mayor cantidad de candidatos independientes que logró su registro lo hizo en esta categoría, con 72 candidatos en 66 municipios/delegaciones de 14 entidades federativas. Del total, 65 fueron hombres (89.5%) y 7 mujeres (10.5%).

Fue en Michoacán donde más candidatos independientes lograron registrarse para la contienda, seguido por Nuevo León con 10. Sin embargo, en términos de cobertura territorial, Tabasco logró la mayor presencia, ya que 35.3% de los municipios tabasqueños contaron en sus boletas con algún independiente. Le siguió Querétaro, que tuvo candidatos en 27.7% de sus municipios.

Se dieron tres casos en la elección de autoridades (municipios/ayuntamientos/delegaciones), en que los candidatos independientes contaron con el apoyo de la mayoría del electorado correspondiente:

• Comonfort, en Guanajuato, donde José Alberto Méndez obtuvo el 29.27% de los votos;

• García, Nuevo León, donde César Adrián Valdés Martínez consiguió el 41.71% de los votos, y

• Morelia, Michoacán, donde Alfonso Martínez Alcázar consiguió el 27.44% de los votos.

Es decir, los candidatos a presidentes municipales lograron un 4.22% de efectividad, en términos de victorias alcanzadas, del total de candidaturas presentadas. Lograron, también, un importante caudal de votación: 224 mil 878 sufragios en total.

 

4. El balance completo

Estos resultados nos revelan que de los 126 candidatos independientes que se presentaron a las urnas el pasado 7 de junio, seis obtuvieron la mayoría de los votos, consiguiendo la victoria en su categoría un diputado federal, un gobernador, un diputado local y tres presidentes municipales (ver Gráfica 3).

GRÁF 3

Es a partir de esta información que debemos aventurar una evaluación de las candidaturas independientes en su primera implementación contemporánea. Por un lado, fueron solo seis los candidatos independientes que resultaron electos de entre los 2 mil 179 cargos que fueron renovados en la jornada electoral (0.27 por ciento).

Por otro lado, si hacemos un ejercicio de contraste, también podemos afirmar que, de confirmarse jurisdiccionalmente los resultados:

• Uno de los 32 titulares de ejecutivos locales en el país será independiente. El dato es revelador, si se considera que hay partidos políticos nacionales que jamás han logrado una victoria de ese tamaño.

• Un diputado federal de mayoría relativa logró acceder al Congreso de la Unión. Además del significado que tiene que el electo sea uno de los activistas que más promovieron en su momento las candidaturas independientes, el dato cobra significado si se contrasta con los logros de otros partidos nacionales que ganaron en uno, o en ningún, distrito uninominal de los 300 que existen en el país.

• Dos candidatos independientes gobernarán en municipios de alta importancia estratégica en el país. Morelia es la ciudad más poblada de Michoacán, con 729 mil 279 habitantes, según el censo del inegi de 2010 (16.77% del total michoacano). Asimismo, Zapopan, que comprende al distrito 10 de Jalisco, es el segundo municipio con mayor población de este estado (16.9% del total estatal), después de Guadalajara.

Exceptuando el caso de las candidaturas independientes a gobernador, que fueron pocas y con un amplio margen de efectividad (33.3%), los porcentajes de candidaturas ganadoras se mantuvieron por debajo del 5%. Este dato debe ser analizado con cuidado y, sobre todo, a partir de parámetros razonables. La expectativa de que una proporción mayor de candidaturas independientes sería ganadora fue, quizás, infundada a la luz de (1) la novedad de la figura, (2) los escasos recursos financieros que tienen a su alcance y (3) el grado de organización territorial que muchos partidos políticos tienen en las zonas geográficas en disputa.

 

5. Hacia un temario de discusión

Esta primera elección en la que compitieron a nivel nacional candidatos independientes ofrece elementos informativos de suma importancia que bien pueden ser aprovechados por los tomadores de decisiones para fortalecer dicha figura a mediano plazo. Un análisis adecuado de los resultados que este experimento arroja nos permite desmitificar algunas expectativas que se tenían sobre estas candidaturas, al tiempo que se vislumbran elementos en los que se podría aprovechar de mejor forma la presencia de candidatos sin partido para enriquecer la representación ciudadana en los órganos decisionales. A continuación se ofrecen algunos elementos para la discusión.

 

Requisitos para las postulaciones

Se suele decir que la cantidad de firmas necesarias para acceder a una candidatura es alta. Esta creencia es correcta. Hay estándares internacionales que sugieren fijar en uno por ciento el número de apoyos necesarios para una candidatura.3 Además de esto, hay otros requisitos que pudieran repensarse, como el de anexar copias de la credencial para votar de quienes brindan el apoyo, lo que complica la logística de obtención de apoyos.

A pesar de que en la federación y en otras entidades del país el requisito es de dos por ciento de firmas, y en ocasiones todavía mayor, hay que reconocer que hubo varios candidatos que lo lograron. De hecho, en el caso de las candidaturas del Distrito Federal la probabilidad de que un candidato logre satisfacer el número de firmas se incrementa en los distritos donde la exigencia es menor (en términos de la cantidad absoluta de firmas).

Tanto en las candidaturas federales como en las locales hubo una muy importante cifra de postulantes, cuyas firmas no lograron ser validadas por la autoridad federal. Esto pone de relieve la importancia de seguir contando con mecanismos que permitan verificar la autenticidad de las firmas de apoyo, especialmente cuando estas se vinculan con la dotación de prerrogativas económicas.

 

Difusión del nuevo derecho

En tanto cobre regularidad la emergencia de candidaturas independientes en el paisaje político nacional, quizá sea necesario que las autoridades administrativas destinen tiempos para difundir su existencia, particularmente en el periodo de obtención de firmas y durante las campañas electorales. Pero en todo caso, habría que tener cuidado de que esta eventual difusión no interfiera en las condiciones de equidad de la contienda.

 

Igualdad de género

Quizás este tema sea la principal asignatura pendiente en el caso de las candidaturas independientes. Los primeros hallazgos con respecto a que las mujeres serían más participativas que los hombres en este proceso quedaron rebasados a la luz de dos datos contundentes: (1) la gran mayoría de quienes lograron su registro como candidatos (88%) son hombres y (2) la totalidad de quienes lograron un triunfo son hombres.

Esto hace necesario repensar cómo incorporar el espíritu paritario que subyace en la reforma electoral de 2014 al modelo de candidaturas independientes. Mientras que constitucionalmente los partidos políticos están obligados a postular mujeres en el 50% de sus candidaturas, en el caso de las independientes esta opción no es posible. De ahí que la regulación de la Ley Comicial Federal se limitara a señalar la obligatoriedad de que ambos miembros de la fórmula sean del mismo sexo.

Sin embargo, es claro el déficit que existe en cuanto a posibilitar en forma más eficiente el instrumento de las candidaturas independientes a aquellos liderazgos femeninos que no forman parte de los partidos políticos. De ahí que los tomadores de decisiones puedan considerar otra suerte de estímulos temporales (acciones afirmativas) que incentiven el desarrollo de candidaturas independientes de mujeres.

 

Financiamiento de las campañas

Se tienen que resolver dos problemas en cuanto al financiamiento de las campañas de las candidaturas independientes. Por un lado, como es sabido, a estas se les asigna una cantidad menor de dinero público que a las candidaturas partidistas, lo que podría introducir una eventual fuente de inequidad en las contiendas. En legislaciones locales como la del Distrito Federal, por citar solo un ejemplo, las candidaturas independientes que concursan para un determinado tipo de candidaturas deben compartir el equivalente al financiamiento que, para esa misma contienda, se le asigna a un partido de nueva creación.

Si a esa diferencia se añade el principio constitucional sobre la prevalencia del financiamiento público sobre el privado, ello impediría a los independientes subsanar lo limitado de los recursos públicos que se les asignan con dinero privado. Y si, por el contrario, la limitante del dinero público se resuelve con una apertura sin límite del dinero privado, ello puede conducir a una indebida intromisión del mercado en las candidaturas electorales.

En el transcurso de este año, el tema fue llevado al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para su consideración. La Sala Superior de este Tribunal resolvió que el candidato que impugnó se ubicaba en una situación de desventaja frente a los candidatos de los partidos políticos, al disponer de un financiamiento menor de origen privado en comparación a lo que podían obtener los candidatos de partidos políticos, por lo que el principio constitucional de prevalencia del financiamiento público sobre el privado era aplicable única y exclusivamente a los partidos políticos. Así, los candidatos independientes podían recibir mayores recursos de origen privado en comparación a los recursos públicos, ajustándose al límite que representó el tope de gastos de campaña.4

 

Vinculación de candidatos independientes con partidos

Una constante en el debate sobre las candidaturas independientes ha sido la que se refiere a que quienes así se postulan no deben formar parte de partidos políticos o por lo menos no deben ser parte de sus dirigencias. En la Ley Electoral Federal, esta disposición tiene como requisito “no ser presidente del comité ejecutivo nacional, estatal, municipal, dirigente, militante, afiliado o su equivalente, de un partido político”.5

El tema de los tiempos para desvincularse de un partido cobró notoriedad en el debate público cuando, en septiembre de 2014, Jaime Rodríguez “El Bronco” renunció a su militancia partidista, anunciando que buscaría una candidatura independiente.

En el caso del Distrito Federal, esta discusión se volvió interesante ante el caso de una persona que solicitó ser registrada como candidata independiente y que logró superar el número de firmas que la ley exige como requisito. No obstante, el IEDF la registró de manera condicionada porque existían indicios de que era miembro de un órgano de dirección partidista.6 Una vez realizadas las diligencias, se confirmó su pertenencia al referido órgano, por lo que se canceló el registro de la candidatura.7 La resolución del IEDF fue confirmada por el tribunal local correspondiente,8 pues no se logró desacreditar la militancia partidista. Esa decisión fue, a su vez, impugnada ante las salas Regional DF9 y Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, las cuales, en sus respectivas oportunidades, confirmaron la determinación.10

Si bien este caso pudo ser resuelto adecuadamente por las autoridades administrativas y jurisdiccionales, reabre, por un lado, el tema de la necesidad de reforzar y mantener actualizados los registros de militantes y dirigentes de partidos políticos. Además, el tema puede requerir dotar de más herramientas a las autoridades administrativas para que puedan investigar la membresía de candidatos a órganos directivos de partidos políticos.

 

6. El futuro

La historia de las candidaturas independientes en México todavía está por escribirse. En el futuro, habría que estudiar si existen características propias de los gobiernos y representaciones políticas en aquellos funcionarios que no cuentan con el respaldo de un partido político. Asimismo, sería necesario robustecer la equidad de las contiendas en las que participen candidatos independientes y lograr que el diseño de estas figuras no vaya en contra del principio paritario que subyace al orden constitucional y legal en materia electoral mexicana.

Lo importante, en todo caso, es que las candidaturas independientes ya demostraron dar vitalidad al sistema político mexicano y ya comprobaron ser capaces de aglutinar el voto mayoritario. Las candidaturas independientes llegaron para quedarse, pero será necesario mejorar el marco regulatorio para fortalecerlas. 

 

1 Yuri Gabriel Beltrán Miranda, “Candidaturas independientes (primera de dos partes)”, en Este País, núm. 288, abril de 2015, pp. 31-33.

2 Las fuentes de este artículo son los cómputos distritales del INE y de los institutos electorales del Distrito Federal, Jalisco, Nuevo León y Tabasco. Se utilizaron los programas de resultados preliminares de Baja California Sur, Campeche, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Michoacán, Morelos, San Luis Potosí, Sonora, Michoacán, Querétaro y Yucatán.

3 Comisión Europea para la Democracia por el Derecho, Código de buenas prácticas en materia electoral: Directrices e informe explicativo, Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, México, 2011.

4 SUP-REC-193/2015.

5 Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, artículo 383.

6 Por mayoría de seis votos y mediante el Acuerdo ACU-117-15.

7 Por mayoría de cinco votos y mediante el Acuerdo ACU-199-15.

8 TEDF-JLDC-111/2015.

9 SDF-JDC-435/2015.

10 SUP-REC-214/2015.

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YURI GABRIEL BELTRÁN MIRANDA es integrante del Consejo General del Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) <@yuribeltranm>.

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