Obra plástica de Ernesto Alcántara
Joyas de la Corona de América erguidas entre dos océanos —espuma del Planeta— joyas soldadas por el fuego primitivo, unidamente grabadas en la imaginación de las generaciones —sinfonías de piedra y nieve creada por la energía sin nombre— oleaje petrificado de un antiguo mar cósmico —grandeza desesperante y serena— montes augustos —levantados sobre la aspereza de los caminos— impasibles y formidables, iluminan y fertilizan en el reposo de su muerte toda la tierra de Anáhuac.
Sinfonías del Popocatépetl, Dr. Atl.
Heredero de la tradición del paisajismo iniciada por José María Velasco y dignamente continuada por el Dr. Atl, Ernesto Alcántara (Ciudad de México, 1933) se ha forjado un lugar destacado en la pintura mexicana de este género. Realizó estudios en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, ahora conocida como Academia de San Carlos. Además de la galería de volcanes, muestra de su trabajo al óleo, también hace grabados y esculturas.
En esta serie se aprecia claramente la intención de representar el territorio mexicano de Velasco mezclada con la necesidad personal —más cercana a la vocación del Dr. Atl— de reflejar un estado del alma. Nuestro artista, que aprendió de estos maestros, encontró un estilo personal en el que la paleta de colores se vuelve más tersa, donde predominan los colores de la tierra y del inabarcable cielo. Estos volcanes no brotan propiamente de las entrañas terrestres, tienen aspiraciones aéreas, emparentan con los cielos y, mediante sus cenizas, mitad polvo, mitad alas, ganan cierta ligereza.
Con maestría en el manejo de las luces y las sombras, del color y el empaste, Alcántara logra alcanzar las alturas celestiales y reinterpretar la identidad del paisaje mexicano: lo plasma al mismo tiempo que, parafraseándolo, lo eleva y lo enriquece.