youtube pinterest twitter facebook

INEGI-Coneval: dos valiosas instituciones en pugna

Edmundo Berumen | 01.09.2016
INEGI-Coneval: dos valiosas instituciones en pugna
El conflicto entre dos referentes obligados para el estudio de la pobreza en nuestro país sucitó recientemente un debate público. Las dos primeras partes de este texto fueron originalmente publicadas en línea por el autor como reacciones a la discusión entre el INEGI y el Coneval. En los subtítulos se añade la fecha de su publicación original.

 

A bote pronto (30 de julio de 2016)

 

Los últimos días de julio de este año quedaron marcados por una rispidez pública entre dos de las pocas instituciones valiosas que tenemos en México. Por un lado, el inegi de larga tradición —desde su institución antecesora, la Dirección General de Estadística (dge)— y el reconocimiento a la calidad de sus estadísticas tanto a nivel nacional como internacional. Por el otro, el Coneval, mucho más joven pero con igual prestigio dentro y fuera del país por la solidez de sus tareas y productos en la medición de los niveles de pobreza de nuestro país, sustentada precisamente en varias de las estadísticas producidas por el inegi. La mayoría de los desencuentros entre instituciones prestigiadas son evitables y nacen de una ausencia o pobre comunicación en responsabilidades compartidas. Éste es uno de esos casos.

El costoso daño afecta más al inegi, pues la semilla de desconfianza siempre cae en tierra fértil y se extiende como mala hierba por doquier. La confianza y credibilidad construidas en varias décadas, que ya rebasan un siglo, en un tris sufrieron heridas que tomarán largo tiempo en sanar.

El consabido “chivo expiatorio” ya fue sacrificado dentro del inegi. Y que no quepa duda de que lo es, pues recayó en un funcionario probo de larga trayectoria, profesionalismo y entrega a la institución, que, siendo una de sus “cabezas”, no puede tomar decisiones aisladas ni en lo oscurito bajo las reglas vigentes del ahora inegi autónomo. Sí, tiene nombre y ve de frente con cabeza erguida: Miguel Cervera Flores. Compañero y amigo en la segunda generación de la efímera Maestría en Estadística de El Colegio de México a principios de los setenta, compañerismo y amistad refrendada años más tarde en la dge y una vez más ya en el actual inegi. Triste e injusto desenlace.

Quizás en días cercanos suceda algo similar dentro del Coneval. Si se da, injusticia y tristeza al doble.

Menudo reto para el anunciado Comité Técnico. Decidan lo que decidan, no quitarán las manchas indelebles en la fachada de ambas instituciones, mucho menos la injusticia personal ya evidente sufrida por Miguel Cervera Flores, amigo con quien mucho discutí, de quien mucho aprendí.

 

Con la cabeza fría (15 de agosto de 2016)

 

La Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (enigh) es levantada por el inegi cada dos años (2014, 2012, 2010…), en una muestra de alrededor de 20 mil hogares, a partir de que el Coneval solicitó al inegi levantar el Módulo de Condiciones Sociales (mcs). Éste se levanta en alrededor de 64 mil hogares y la enigh se realiza en una submuestra probabilística del mcs.

Por lo anterior, en el programa usual del inegi no estaba contemplado levantar la enigh en el año 2015; tampoco estaba en la agenda del Coneval, que conoce bien la periodicidad bianual de la enigh. La situación cambió cuando por cabildeos de la entonces secretaria de la Sedesol, Rosario Robles, con algunos gobernadores clave dentro de la Conago, se logró que el Congreso asignara una partida presupuestal para que se hiciera una medición de la pobreza que se difundiera en 2016. Ya con los recursos asignados, el Coneval solicitó entonces al inegi que en 2015 se levantara el mcs y la parte de “ingresos” de la enigh en la muestra completa de alrededor de 64 mil hogares.

Ante la solicitud, el inegi revisó los cuestionarios del mcs y la parte de “ingresos” de la enigh para fusionar lo solicitado por el Coneval y hacer los ajustes correspondientes en la capacitación y logística de campo. Entre los ajustes se incluyó un refuerzo en la capacitación para revisitar hogares que reportaran “0” (cero) ingresos e insistir en recuperar “olvidos involuntarios” de alguno de los varios informantes.

Se conocen los resultados y surge la pugna. Imagino que primero se dio a puertas cerradas, pero muy pronto se hicieron públicos los reclamos del Coneval, así como lo ya dicho “a bote pronto” por parte de quien aquí escribe y de otros analistas y comentaristas, ya sea con mayor o menor conocimiento sobre el tema.

El reclamo se centra en la “no comparabilidad” de la medición del 2015 con la serie bianual, en particular con la enigh 2014. Tomados “a secas”, los resultados conducían a una ¡reducción de alrededor de 11 millones de pobres! Consecuencia de la mejora en la medición de los ingresos, se dice.

Yo no comparto el “meollo de la discrepancia” ni la “sorpresa” ante la diferencia en las estimaciones del ingreso. Lo sorprendente hubiera sido que resultaran similares. ¿Por qué? Por muchas razones evidentes antes de hacer el ejercicio. Entre ellas:

  • No es lo mismo medir el ingreso cuando el hogar y los informantes fueron interrogados antes sobre los gastos del hogar (como se hizo en la serie 2008-2014 de la enigh). En ese “tren de pensamiento”, sus respuestas sobre las fuentes y montos de sus ingresos son de mejor calidad. Todo lo anterior durante ocho días en que el personal de campo está en contacto con los hogares seleccionados.
  • Además, resulta que en la “inusual” medición del 2015 ¡se dejó fuera la medición del gasto y el contacto con el hogar durante el trabajo de campo se hizo en la mitad de días!
  • También, si calculan el nivel de precisión de cualquiera de las estimaciones del ingreso de la serie bianual (ver Ecuación 1) es muy probable que su nivel de error sea de la misma magnitud o menor al nivel de error de la diferencia de estimaciones de mediciones subsecuentes (ver Ecuación 2). Las estimaciones de los ingresos y diferencias entre años sucesivos sigue el orden mostrado en la Tabla 1.  

En dicha Tabla puede notarse que hay variaciones que en el ingreso corriente total oscilan entre -7.1%, +8.3% y -3.2%; y en el ingreso corriente monetario oscilan entre -8.5%, +7.8% y -1.9%, lo que en lenguaje coloquial quiere decir que no hay diferencia significativa entre los niveles de ingreso de mediciones sucesivas de la serie bianual. Los procesos para la ejecución de proyectos de esta envergadura incluyen una amplia documentación (cuestionarios, manuales, pruebas piloto, ajustes, etcétera), en donde siempre está invitado el cliente a revisar y dar el visto bueno final previo al inicio de la capacitación.

Esto es importante porque al no ser variables de gran dinamismo (sin cambios significativos cada dos años) menos lo serán de un año para otro, y los datos de la enigh 2014 bien se pueden usar para medir la pobreza en el 2015, una vez que los unan a los resultados del mcs levantado en 2015, el cual, entiendo, no tuvo cambios entre 2014 y 2015.

 

Epílogo

 

Ratifico mis opiniones de “A bote pronto” y la capacidad que debe tener la cúpula de vicepresidentes y presidente del inegi para estar al tanto de lo que se realiza en cualquier medición de esta envergadura. De no tenerla, habrá que investigar el porqué de ello. Lo mismo vale para el visto bueno previo del Coneval.

 

Edmundo Berumen es presidente del Consejo de Berumen y Asociados. Fue director general de estadística del INEGI.

 

* Las dos primeras partes de este texto fueron originalmente publicadas en línea por el autor como reacciones a la discusión entre el INEGI y el Coneval. En los subtítulos se añade la fecha de su publicación original.

Más de este autor