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#DelVerboToBe: Simmel, Chucho y Elvio. Extranjeros en México

Juan Carlos Narváez Gutiérrez | 07.02.2017
#DelVerboToBe: Simmel, Chucho y Elvio. Extranjeros en México

A principio del s. XX, George Simmel definió al “extranjero” como una figura eje de la modernidad, sujeto típico de dicho siglo, contraparte y fragmento del “yo” individual y social, capaz de mirar desde la lejanía y la intimidad, es decir, el otro. Decía Simmel que la vida moderna descansa en el supuesto de una armonía preestablecida entre las energías espirituales y la existencia de lo exterior, la vida objetiva y la vida íntima. Sin embargo, en medio de esa armonía llamada socialización no todos los individuos hallan un lugar en la estructura social, quizá de ahí, nace la primera necesidad y la voluntad de los individuos de migrar, hacerse, vivirse y crearse en la extranjería.

 

México, como nación, nunca ha sido un destino migratorio para la población que viaja del Sur al Norte, sin embargo, un año atrás, pude entrevistar a varios jóvenes de origen salvadoreño que viven como migrantes irregulares en la Ciudad de México. En la entrevista hablamos de sus vidas, de su antes y después de migrar, de sus familias, sus hogares, sus motivos, sus ideas de futuro y de lo costoso que resulta dejar todo atrás y enfrentar el presente e interpretar la novedad del vivir como migrante, como el extranjero, como el otro, y también, aprender ser temido.

 

Chucho, un salvadoreño de 17 años, es el primero de su familia que sale de su país. Cuando emprendió el viaje, cuenta que no sabía muy bien para dónde iba. Y como él, varios de sus compañeros que han migrado por primera vez, lo hizo prácticamente en solitario. Algo totalmente atípico, y más cuando se habla de migración salvadoreña.

 

Después de hablar con Chucho y sus compañeros, me acerqué a un par de amigos que trabajan en casas de asistencia y ayuda a jóvenes en situación de calle en la Ciudad de México; pude confirmar mucho de lo que me había narrado Chucho: los jóvenes de Centroamérica están huyendo de sus contextos de violencia cotidiana y lo están haciendo sin experiencia y sin redes migratorias, sin ahorros, y sin un plan de ruta. Sabiendo sí, que se montan en un viaje que puede terminar bien o muy mal.

 

Elvio, compañero de viaje de Chucho, tiene 19 años, a diferencia de Chucho, él ya no quiere viajar más, para él, la travesía terminó cuando llegó a Casa Alianza en la Ciudad de México. Desea terminar la secundaria, aprender el oficio de panadero y trabajar hasta tener su propia panadería. Aunque soñaba con llegar a Los Ángeles, California, los golpes, asaltos y el miedo a perder la vida en el camino, le han hecho pensar que puede hacer una vida en México. Pero también sabe que en cualquier momento su sueño puede terminar en una deportación, y por eso está solicitando quedarse en el país en condición de refugiado.

 

Un par de meses después de la entrevista, busqué a Chucho y a Elvio. No los encontré. Me acerqué a un par de colegas que trabajaban de cerca con los jóvenes y pregunté por ellos. Supe que Chucho y Elvio habían sido deportados.

 

De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), se estima que el número de migrantes a nivel mundial es de 214 millones; que el 3.1% de la población mundial es migrante; que los migrantes contribuyen con alrededor de 440 billones de dólares a la economía mundial a través de las remesas; que 15.4 millones de personas viven como refugiados alrededor del mundo; que 27.5 millones están considerados como desplazados internos; y que sumándolos, constituirían el quinto país más poblado del mundo.

 

Con este telón de fondo, hoy en día, un siglo después de que Simmel definiera al “extranjero”, el temor al otro, a lo desconocido, a lo diferente, a lo innovador, a lo creativo, a las ideas fuera de lo establecido, siguen vigentes y conducen a las sociedades hacia vías de mayor exclusión y rechazo, un retorno a la barbarie en un mundo en el que la migración forma parte de la historia de las grandes potencias y de su día a día.

 

Y esto ocurre también en México, es decir, dentro y fuera. Antes y después de Simmel, Chucho y Elvio.

 

*Fotografía: "Migración en Tenosique", de Marilyn Alvarado Leyva.

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