youtube pinterest twitter facebook

Somos lo que decimos: Verde, blanco y colorado

Colores con significado

Ricardo Ancira | 01.06.2015

Ricardo Ancira

Para Hernán Lara Zavala

 

Parece una regla general: lo negro u oscuro es negativo y lo  y claro son positivos. Por desgracia, estas concepciones —prácticamente universales— trasminaron el lenguaje y atribuyen esas características también a la piel de los seres humanos. En Occidente, en efecto, el blanco connota pureza, vida; mientras que el negro es luto, turbiedad, muerte. La mayoría de las personas nos conformamos con esta concepción bipolar sin reparar en que existe una amplia gama de grises.

Las primeras fotografías y películas fueron en blanco y negro, lo que contrariaba nuestra percepción a colores de la realidad. Por décadas nos acostumbramos a tal extravagancia.

La diferencia entre trabajadores de cuello blanco y los de azul, además del sudor, se refleja en el salario. A veces, al tirarle al negro da uno en el blanco.

Rojo es lo apasionado; también se refiere al coraje y la vergüenza. Por eso nos sonrojamos/ruborizamos y nos ponemos rojos/colorados. Al rojo vivo connota pasiones exaltadas. Rojos hay glóbulos, el libro de Mao y zonas, mareas, círculos, notas, pieles y números. El diablo suele ser representado de este color.

Los matices del azul van del marino al celeste1 (o cielo). Los ropones de los bebés son de este color si son varoncitos; el rosa es para las recién nacidas.2 El blues no es azul, sino melancólico en inglés. Azules hay sangre, cascos y príncipes.

“La verde” es la mariguana, así como el semblante del envidioso y de aquel a quien llenan de improperios. Dar luz verde a un proyecto es congruente con la señalización vial luminosa: rojo es ¡Alto!; ámbar o amarillo, precaución; verde significa siga, adelante. A una tonalidad la llamamos verde bandera, porque se encuentra en la insignia nacional, en la que están plasmados “el verde de nuestros campos, el blanco de nuestros volcanes y la sangre de nuestros héroes”. El tricolor ha sido el PRI desde la Revolución; tricolor (el Tri) es asimismo el equipo mexicano de futbol (u otros deportes).3 Otra tonalidad es el verde botella.

Verdes hay salsas, zonas o espacios, té, tomates, habas, partidos (en nuestro país se trata de una licencia poética para llamar a una runfla de vivales), billetes, chiles, boinas. Los viejos libidinosos son rabo verdes.4 Paradójicamente, “está” de ese color alguien inexperimentado.

Entre nosotros, la izquierda radical tiene una clara predilección por el verde olivo, peculiaridad que la hermana con la extrema derecha. Otros colores también han hecho política violenta: camisas pardas de Mussolini, rojas de los bolivarianos, negras de las SS. Después de un golpe fuerte viene el moretón.

Los periódicos amarillistas se regodean con el morbo, viven de él. Proviene del futbol la expresión sacar la tarjeta de ese color y significa amonestar por una mala acción; ve la roja aquel que reincide. Según el drae, existen personas amarillas. El diccionario no se refiere a personas con ictericia sino a los asiáticos.5

Gris es el adjetivo que califica a la gente sosa, sin personalidad. La materia ídem la tiene la gente con cacumen. “Los grises” conformaron la brutal guardia de la dictadura franquista, mientras que “los azules” eran nuestros policías y “tamarindos” los agentes de tránsito.

Las combinaciones cromáticas van desde la bandera multicolor del Movimiento Gay hasta los uniformes deportivos: rojinegro, celeste, auriazul, roji , azulgranaLos azul y oro se enfrentan a los guinda y blanco desde hace muchos años; se encaran ahí —se supone que deportivamente— los estudiantes de clase media de la unam y los del Politécnico, de un nivel socioeconómico más bajo.

A veces resulta difícil discernir qué fue primero: la flor o la denominación del color. Lo que sí es seguro es que hay nombres de pila relacionados con flores (Lila, Violeta, Rosa) y colores que se refieren a minerales: ámbar,6 jade, esmeralda; o a metales (dorado y plateado).7 El pelaje de algunos animales, como los caballos o los toros, tiene colores exclusivos: alazán, berrendo, retinto, tordo, azabache. Hay un negro ala de cuervo, un verde limón y un amarillo canario. Otros colores se relacionan con cosas, como el color vino y café, bebidas; terracota, tierra; marrón, fruto seco; magenta, sangre.8

Según el diccionario, los adjetivos azulado, verdusco, grisáceo, amarillento, negruzco y blanquecino se utilizan para cosas “que tiran” al color correspondiente; negroide, en cambio, se aplica solo a personas.

Dos partidos políticos —por llamarles de alguna manera— mexicanos buscan el voto de los electores con sendos y profundos planteamientos programáticos: uno se limita a proclamarse cantando “¡Movimiento naranja!”; el otro trata que el ciudadano declare: “¡Sí, soy turquesa!”. Poco resta por decir ante argumentaciones tan contundentes. Los partidos más grandes son el trilor, el azul y el PRD. Morena es un nuevo partido político (debería llamarse, entonces, Moreno, pero en el acrónimo se perdería su carácter nacional), nombre que, como ya se dijo aquí, es una audaz síntesis del color de tez predominante en México con el epíteto de la Virgen guadalupana.9

Una ilusión óptica y cognoscitiva causa un cortocircuito momentáneo en nuestra mente: amarillo, rojo, verde, azul, blanco, negro~

 

1 La sabiduría popular dictamina que si alguien quiere que las cosas sean de este tono tiene que costarle.

2 No necesariamente tendrán una vida color de rosa.

3 Esta apócope también la utiliza una duradera banda de rock mexicana, solo que su denominación inicial no tenía relación con lo cromático sino con lo espiritual: Three souls in my mind.

4 También conocidos como cebollas, porque al color del rabo se suma lo blanco de la cabeza.

5 ‘Adj. Dicho de un individuo o de la raza a que pertenece: De piel amarillenta y ojos oblicuos. Apl. a pers., u. t. c. s.’

6 Interesante caso de una materia que en un momento fue animada y hoy es piedra.

7 Como se vio en otro apunte, dorados hay sueños, vidas, edades, siglos, etcétera.

8 El término tiene su origen en la sangrienta batalla del mismo nombre, en la Europa del siglo XIX.

9 Pueblo + virgencita: una fórmula que no puede perder, parece ser el razonamiento.

 

__________

Profesor de literatura francesa en la Facultad de Filosofía y Letras y de español superior en el CEPE de la UNAM, RICARDO ANCIRA (Mante, Tamaulipas, 1955) obtuvo un premio en el Concurso Internacional de Cuento Juan Rulfo 2001, que organiza Radio Francia Internacional, por el relato “...y Dios creó los USATM”. Es autor del libro de relatos Agosto tiene la culpa (Samsara, 2014).

 

Más de este autor