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#Norteando: Estados Unidos: un país dividido

Patrick Corcoran | 19.07.2016
#Norteando: Estados Unidos: un país dividido

En las ultimas semanas se han llevado a cabo varias manifestaciones que demuestran que Estados Unidos está dividido: las grabaciones de la matanza injustificada de dos ciudadanos afroamericanos por la mano de policías en Luisiana y Minnesota; manifestaciones en contra de las aparentes ejecuciones; y encima de todo, un ataque terrorista durante una protesta pacífica en Dallas, en donde un francotirador asesinó a cinco policías a sangre fría; y luego otro en Baton Rouge, Luisiana, en donde murieron tres oficiales.

En fin, fueron días feos en Estados Unidos porque se revelaron las contradicciones del país.

Luego salieron varios intentos de calmar las aguas: durante una ceremonia para despedirse de los oficiales de Dallas, el ex-presidente George W. Bush, el presidente actual Barack Obama y el jefe de la policía de Dallas hablaron con elocuencia de las características que une al país.

Sin embargo, muchos buscaron un culpable del otro lado político. Para los de la derecha, en contra de todas las evidencias, fue Obama quien ha aumentado el odio hacia la policía, haciendo inevitable los ataques como el de Dallas. Para los liberales, el francotirador fue sólo un loco, mientras el país, y sobre todo la policía local en muchísimas entidades, nunca ha querido cuestionar las razones por las cuales la población negra se siente hostigada y hasta amenazada cuando se acerca la policía.  

Existen maneras de reconciliar tanto la necesidad de apoyar a la policía como la exigencia de que no maten injustificadamente. Esto no tendría por qué ser tan difícil, aunque requieran mucho tiempo para que el cambio de actitudes plante raíces. Es evidente, sin embargo, que a mucha de la gente relevante no le interesa un diálogo, sino seguir pintando a sus adversarios como demonios.

Sería fácil concluir que estamos por regresar al conflicto social que prevalecía en los ‘60 y la primera parte de los ‘70. El año icónico de la división social es 1968, tanto para la Unión Americana como para muchos otros países como México. Pero es importante notar que en EUA seguía el malestar social durante la primera parte de 1970 también. Y sí, en cuanto a la sensación de que el sistema político no es capaz de resolver los problemas más importantes, hay cierto parecido hoy en día con aquel entonces.

Pero las diferencias entre hoy y 1968 son enormes. Primero, una gran parte de los disturbios se debían finalmente a la guerra de Vietnam, dónde casi 3 millones de estadounidenses fueron enviados y más que 50 mil murieron. Como motor de malestar, es difícil de superar una guerra de moralidad dudosa y de mortalidad altísima. No existe una chispa de enfado comparable hoy. Se podría decir lo mismo del movimiento de los derechos civiles de los afroamericanos, que aún no se había consolidado en los ‘60. 

También vale la pena recordar que hace 40 años operaban grupos domésticos de terrorismo que contaban con cierto apoyo extranjero. Entre otros, Weatherman, Black Liberation Army, Symbionese Liberation Army, y la Fuerzas Armadas de Liberación Nacional que mataron a docenas de personas, robaron millones de dólares y detonaron cientos de bombas. Su relevancia no consistía solamente en el daño que provocaban; también servían de imán para otros sujetos sospechosos del establishment, perpetuando el malestar. Hoy, no vemos nada comparable.

aBlack Lives Matter, la organización más famosa, tiene un discurso robusto, pero tanto sus objetivos como sus tácticas son completamente pacíficas. Los que llegan a perpetrar actos de violencia en pos de una meta social -sean los asesinos de policías en Dallas o Baton Rouge, el atacante de Orlando, o el asesino que mató a 9 personas en una iglesia afroamericana de Charleston, Carolina de Sur- siempre representan el lobo solo.

En lo personal, me gustan las comparaciones históricas --hace dos semanas en este mismo espacio escribí sobre el parecido entre el Brexit y la candidatura de Trump por un lado, y el disturbio provocado por la Primera Guerra Mundial por el otro -y puede que los eventos recientes se conviertan en el primer acto en un conflicto mayor-. Es decir, un conflicto que se parece a los ‘60. Hay comentaristas importantes que lo ven así. Pero falta mucho para llegar a una repetición de 1968, y mientras tanto, los responsables debemos resistir a los que quieren arrancar una nueva guerra social.

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