#LosJuevesAlSol: Truth
Ver Truth en 2017 es como ver un futuro anticipado. Mientras Spotlight demuestra las herramientas necesarias para hacer periodismo (aunque sea una clase de periodismo relativamente difícil de encontrar en la actualidad), Truth explora las consecuencias de un trabajo complejo frente a una audiencia visceral y reaccionaria. Basada, al igual que Spotlight, en eventos reales, la cinta de James Vanderbilt narra la investigación de varios reporteros sobre el servicio militar de George W. Bush y la posibilidad de su incumplimiento, mediante favores y corrupción. En el primer tramo de la historia, esa posibilidad crece con evidencia testimonial y documental, junto a la prisa por la fecha de su publicación, en una industria donde las noticias no son fuente de ingresos y, en consecuencia, quedan en un papel secundario al entretenimiento banal de las grandes cadenas televisivas.
Pero los reporteros logran hacer su trabajo y publican la historia. Sin embargo, un posible error en la investigación provoca un escándalo público, tensión interna, y ayuda a enterrar el razonamiento de los reporteros detrás del trabajo que realizan. La cinta hace un buen trabajo en explicar esta parte de la historia, e incluso inspira a investigar la historia real, pero en ambos casos, la situación es clara: un desliz (además, cuestionable) puede destruir una pregunta más compleja.
Ha pasado menos de un mes, y aparentemente, no hay tiempo para hacer preguntas. Cuestionar, por ejemplo, el plan de trabajo y re-estructuración económica del gobierno de Trump, que promete "traer miles de trabajos a ciudadanos estadounidenses", parece historia antigua frente a la resistencia, confusión e ilegalidad del veto a los musulmanes (y esa es una forma de llamarle). Esa narración se pierde frente a supuestas amenazas de una invasión a México (y a Australia, si se puede llegar a semejante conclusión tras declaraciones de otras personas sobre una llamada telefónica). Las preguntas desaparecen a favor de gritos y chillidos provenientes de un enojo inacabable, donde los que no tienen "razón" salen victoriosos sobre los que sí la tienen, aunque nadie pregunte qué significa tener razón.
Pero Truth lo intenta, y la respuesta no es clara. Ni tiene por qué serlo. Más que presentar a la razón y a la verdad como elementos incuestionables, los observa como procesos que nacen y viven de hacer preguntas y de examinar paisajes en vez de detalles. Junto a Spotlight y Network, tratadas en las entradas anteriores de este blog, cerrando esta primera exploración a la prensa en el cine y en la realidad, Truth sugiere un nivel de responsabilidad y curiosidad que ya no es protagónico en lo que muchos consideran noticias, y que en parte, colaboró a la elección del actual gobierno. ¿Muchos correos y pocas explosiones? Es una demostración del periodismo como un acto quirúrgico, idealmente alejado de los conflictos de interés y de la comodidad del entretenimiento, la oposición exacta a la bilis eficiente que domina al gobierno estadounidense actual. Al final de la cinta, uno de sus protagonistas ofrece la virtud del coraje a una audiencia íntima en sus colegas y global en sus espectadores, sabiendo que esa será su última transmisión, tras escándalos que surgen a partir de la curiosidad. Pero quizás esa es la virtud más importante ahora para todos los que no son personajes de cine: la curiosidad.
* TRUTH ESTÁ DISPONIBLE EN NETFLIX
El autor recomienda:
- El Informante (1999, Michael Mann)